PARA QUE EL TRABAJO SIGA SIENDO SINÓNIMO DE SALUD Y PROGRESO

El 1 de mayo es una fecha muy especial que hace referencia a la reivindicación de los derechos de los trabajadores. En su momento, la jornada laboral de ocho horas fue uno de sus reclamos, hoy en día son otros, entre los que se puede mencionar la erradicación de la violencia laboral que es un problema que debemos visibilizar y combatir entre todos los actores: instituciones y organizaciones.
 Sabemos que el trabajo es sinónimo de progreso y una tarea beneficiosa para la salud mental de los seres humanos, sin embargo, un entorno negativo puede convertirse en todo lo contrario. Tristemente, en ocasiones se registran abusos de poder por parte de los superiores hacia sus subordinados, lo cual se denomina comúnmente “violencia laboral”. Esta tiene como finalidad someter o recluir a una persona.
 La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina mobbing a esta conducta y la define como “comportamiento agresivo y amenazador de uno o más miembros de un grupo, el acosador, hacia un individuo, el objetivo o la víctima, aunque, ocasionalmente puede practicarse en grupos”.
Según el organismo internacional, el acoso y la intimidación en el trabajo son causas frecuentes de estrés y otros riesgos para la salud. Pueden ocasionar problemas psicológicos y físicos, entre las consecuencias que puede tener la persona afectada se encuentran la hipertensión arterial, ataques de asma, palpitaciones cardíacas, enfermedad coronaria, pérdida de cabello, dolor de cabeza, dolores articulares y musculares, dolor estomacal, taquicardia, y la lista sigue.
Sin embargo, los efectos negativos no solo alcanzan a los trabajadores sino que también tocan a las empresas al registrar pérdidas de productividad y una alta rotación del personal. 
Actualmente, las estadísticas de la Ciudad indican que las mujeres denuncian más el acoso laboral que los hombres. En este sentido, es importante que la víctima, sea hombre o mujer, pueda realizar la correspondiente denuncia para salir de esa situación que oprime y perjudica. Desde el Estado hay diferentes herramientas a disposición para hacerlo, una de ellas es la oficina sobre Violencia en el Trabajo de la Ciudad, que ofrece de forma gratuita protección a quienes sufren este flagelo.
Es necesario promover la concientización sobre esta problemática y desburocratizar todos los pasos necesarios para no ser cómplices de esta situación, sino que la persona perjudicada pueda solicitar la intervención y recibir asesoramiento legal. El objetivo debe ser que la denuncia de estos episodios sea más fácil y nadie decida callar ante estos abusos. Lo primero que se debe hacer es escuchar, luego contener y asesorar. 
Es fundamental que desde el Estado se ayude a poner fin a cuestiones negativas que los trabajadores puedan enfrentar en su ámbito laboral y apuntar a que cada uno de ellos logre superarse y crecer, donde los que buscan empleo puedan encontrar uno; y donde las empresas puedan generar más trabajo con mejores condiciones y ambientes saludables. De esta forma vamos a avanzar en uno de los objetivos propuesto por nuestro presidente Mauricio Macri, de pobreza cero en el país y en cada región.